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La vajilla no es algo que se deba comprar al azar, ya que será un objeto en el que vamos a invertir y del que esperamos que tenga una calidad y durabilidad notable. Por eso, además del color y el diseño, nos tendremos que fijar en otros detalles clave, como el material y su composición.

Es lo que os vamos a explicar para diferenciar la porcelana de la loza.  Así podremos elegir la vajilla que mejor se adapte a nuestras necesidades.

 

La porcelana

Las vajillas mejor consideradas y estimadas son las vajillas de porcelana. 

Para su elaboración, se mezclan todos estos materiales para crear una pasta que se moldea y cuece a 1000 ºC. A esta temperatura, la pasta se vitrifica. Después, se introduce al horno de nuevo a unos 1400 ºC. Es por este motivo por el que la porcelana soporta mejor las altas temperaturas.

El proceso termina con un pulido para un acabado brillante y o bien, se deja en blanco o se decora a mano o con calcas cerámicas.

 

La loza

La loza, al igual que la porcelana, también es cerámica. La principal diferencia con la porcelana es la temperatura de cocción, mucho más baja. 

También la arcilla que se utiliza es más común y por eso el resultado final de las piezas es mucho más basto que el de la porcelana. Es pesado, más poroso y quebradizo. Igualmente tiende a los arañazos, especialmente con el uso de los cubiertos.

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© 2018 2dos Creado por Sena Cifuentes y Gema Calderón

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